Solemos decir que un equipo es más que la suma de las partes. ¿Y por qué es eso? Porque cuando logramos crear sinergia entre las personas que conforman un grupo de seres, el resultado forma un equipo. Es decir, un grupo de individuos que trabajan con un mismo objetivo, apalancando esfuerzos, generando aprendizajes compartidos y buenas prácticas comunes. En general todos compartimos conceptualmente la importancia de lograr equipos sólidos de trabajo, y la idea de que sin una delegación efectiva por parte de los dueños y líderes de las organizaciones, el crecimiento de las empresas se vería estancado; pero, ¿por qué en la práctica lograr esto resulta tan difícil?

Hace más de 14 años nos dedicamos a asesorar a empresas en su crecimiento y desarrollo en Argentina y durante el último tiempo haciendo foco también en empresas de argentinos instaladas en Miami, entre otros lugares. Y todos coincidimos en que para escalar y profesionalizar cualquier empresa es indispensable implementar herramientas y mecanismos
bien aceitados, más aún cuando la dirección se realiza a la distancia.

De todas formas, es muy común encontrarnos con el sentimiento de los dueños de pymes de que “nadie hace las cosas como las hago yo dentro de la organización” o “es más fácil que yo haga las tareas directamente antes que enseñarle a otro”. Sobreponerse a este rasgo individualista supone un gran desafío. Sin lugar a dudas, esto trunca la posibilidad de lograr un engranaje que retroalimente buenos resultados.

Por supuesto esta necesidad se ve acentuada cuando se trata de empresarios que monitorean sus proyectos a la distancia. En este sentido entonces queda clara la importancia de una delegación efectiva de tareas y responsabilidades en equipos de trabajo sólidos y confiables. Para ello resulta indispensable contar con un equipo de gente capacitada para cumplir sus funciones. Delegar no significa desligarse o desentenderse, consiste en administrar en forma más efectiva el tiempo del empresario, pudiendo destinarlo a funciones estratégicas y confiando las tareas operativas a los colaboradores adecuados.

Para que la delegación resulte exitosa es fundamental contar con procesos claros y con herramientas de monitoreo que reflejen parámetros representativos, medibles y accionables, y que permitan el control por objetivos, y no por tareas. Es habitual encontrar empresarios que ante la consulta “¿cuál es tu objetivo de ventas?”, respondar “vender lo máximo posible”. Ante este tipo de respuesta, en mi mente imagino a un maratonista arrancando desde el punto de partida, sin tener un concreto punto de llegada, corriendo “lo máximo posible”; ¡qué difícil sería esa situación! Lo mismo ocurre dentro de las organizaciones. Sin objetivos claros se vuelve muy difícil lograr una delegación efectiva.

Junto con una clara definición de los objetivos, es imprescindible poder monitorear de forma sencilla y eficiente los avances de los diferentes sectores de la empresa, a través de adecuados tableros de control de gestión y KPIs (Key Performance Indicators). Estos tableros permiten medir y visualizar las áreas clave, evaluar situaciones y tomar decisiones rápidas y efectivas en línea con los objetivos definidos.

El rol del empresario requiere de un constante replanteo de la forma de llevar adelante el negocio, manteniendo organizaciones eficientes y equipos motivados, preparados para enfrentar un entorno en permanente cambio. El liderazgo “a distancia” trae consigo algunos desafíos pero ya quedó demostrado que el no estar en un mismo espacio geográfico no es un impedimento para lograr equipos comprometidos y que promuevan innovación en las organizaciones. Resulta importante que el líder logre generar sentido de pertenencia, e involucrar a los colaboradores en el objetivo general de la compañía. El trabajo en equipo requiere un liderazgo que guíe su funcionamiento, y es importante que los integrantes tengan su espacio para expresar sus ideas y realizar sus aportes al proyecto general.

Liderar eficientemente equipos de trabajo de forma remota es sin duda un desafío que implica valentía y confianza, pero como dijo Peter Drucker “donde veas un negocio exitoso, alguien tomó alguna vez una decisión valiente”.

Por Sandra Felsenstein, directora y fundadora de la consultora para Pymes DINKA.