¿Cuántas veces creíste que escuchabas al otro y, al tener una nueva conversación notaste que no habías entendido nada? Los trabajos, las relaciones, la vida misma se llevan adelante a través de conjuntos de conversaciones. Cuán importante es escuchar bien entonces, ¿no? Sobre todo, a la hora de aprender. Acá te compartimos algunas nociones para que tu escucha sea activa.
No es lo mismo oír que escuchar:
¿Cuál es la diferencia? Oír es el acto biológico de percibir auditivamente sonidos. Escuchar, en cambio, es percibir e interpretar.
Cuando escuchamos, percibimos mas que palabras: por ejemplo, la emoción con las que expresa el otro. Siempre es importante considerar el lenguaje corporal y el tono.
Todos aplicamos nuestra impronta a lo que escuchamos. Escuchas desde tu historia, desde lo observador que sos. ¿Entonces, como reducimos la brecha que hay en toda conversación?
CUANDO VOS ESCUCHAS
- Reconocé que siempre va a haber una brecha inevitable entre vos y tu interlocutor, por que son dos personas totalmente diferentes, con historias, prejuicios y cargas emocionales distintas.
- Verificá, pregunta y regreguntá para asegurarte de que entendiste bien lo que te acaban de decir. Es mejor eso que quedarse con dudas. Una forma fácil de verificar que están en la misma página podría ser diciendo: “Para resumir, lo que vos necesitás es que yo…” (indicando al detalle lo que comprendiste que te pidieron o comentaron”
CUANDO VOS HABLAS
- Preparate antes de hablar y sé preciso con los detalles de lo que necesitás. Si es una tarea o pedido laboral, especialmente, siempre especificá plazos, deadlines y requisitos a tu oyente.
- Al terminar la conversación podés preguntar: “¿Querés que repasemos lo que conversamos? ¿Qué pendientes surgen a partir de esta charla?
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Por Cecilia Faraco
Consultora en DINKA