¿Quién hubiera imaginado una situación como la que vivimos hoy en día? ¡Nadie! Pero como en toda crisis, también de esta deberíamos encontrar la parte positiva y sacar lo mejor.
Las crisis nos ponen en jaque y, a mayor incertidumbre, más creativas nos ponemos para desarrollar nuevas soluciones a situaciones problemáticas que antes no habíamos registrado. Los cambios de hábitos a los que estamos expuestas nos obligan a innovar.
Innovar implica hacer las cosas de manera diferente. Empatizar con el problema que queremos solucionar, desarrollar nuestra intuición, ser creativas en la búsqueda de alternativas, y prácticas y eficientes a la hora de implementarlas. Las crisis nos permiten encontrar nuevos nichos y la clave está en tener la capacidad de detectar las oportunidades en estos momentos desafiantes, aprovechándolas en pos de generar valor y brindarles algún beneficio a los demás.
Las personas más innovadoras suelen ser positivas, creativas, amigas del «riesgo», y estar dispuestas a equivocarse y aprender de sus errores. Por eso es importante, en estos momentos, trabajar en colocarnos en una actitud positiva y combatir aquellas situaciones de miedo y estrés.
Para innovar, no siempre es necesario inventar cosas nuevas o extremadamente creativas, sino que en muchas oportunidades se trata simplemente de combinar conceptos ya existentes, aparentemente diferentes, para crear uno nuevo. O crear variantes a soluciones que ya existían para mejorarlas y adaptarlas a la nueva realidad que se está viviendo.
Muchas empresas muy reconocidas hoy en día nacieron en momentos de crisis, por ejemplo: General Electric, Walt Disney, HP, Revlon, IBM, Airbnb y Uber. ¡Y nunca olvidemos que ninguna empresa nació grande!
Como dijo Mark Zuckerberg, «el mayor riesgo es no correr ningún riesgo. En un mundo que cambia muy rápidamente, la única estrategia que garantiza fallar es no correr ningún riesgo».
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Por Sandra Felsenstein
Fundadora y CEO de DINKA, consultora para pymes y emprendedores.